Comencé
enjambrando mis propias colmenas. Creo que llegué a sacar en torno a 25
núcleos. Mi maestro Íñigo me dio 12
núcleos para pasarlos a colmena.
Yo me las
prometía felices, vivía en un sueño. Hice muchos viajes a Añavieja solo,
pasando frío y muchas horas en el campo.
Pero el año
2013 fue pródigo en sorpresas. Llovió mucho, en Añavieja hizo mucho frío y
viento y las abejas no pudieron salir a pecorear. Murieron enjambres fuertes,
otros quedaron reducidos a la miseria.
El frío dejó de azotar a finales de
junio. Apenas sacamos unos kilogramos de romero y tomillo y… Nos dieron ganas
de tirar todo por tierra y quedarnos en casa.
Pero se
produjo el milagro cuando todo lo dábamos por perdido. Comenzó a hacer calor en
julio y en agosto. Las colmenas reaccionaron y pasadas dos semanas hicimos una
cata de miel jugosa. Transcurrieron otras dos semanas y tuvimos que hacer otra
cata de miel.
Parecía que
las abejas se habían vuelto locas, todo era frenesí. Las encinas comenzaron a llorar
la savia por las bellotas y las flores se multiplicaron por mil.
En octubre
hicimos la última cata dejando mucha miel dentro de cada colmena. Además
volvimos a obtener gran cantidad de kilos de miel.
En síntesis.
ü A finales de abril llegué a tener 30
colmenas y 52 núcleos.
ü En octubre me han quedado 60 colmenas
(se me han muerto más de 20 núcleos a causa del frío).