Buenos días nos sean dados a todos, especialmente en este momento en que estoy viendo llover a través de los cristales de mi ventana. ¡Por fin llueve, ha llegado el otoño!
Pasando al tema del que os quiero hacer partícipes, os transcribo textualmente la carta que nos ha enviado el Padre Pedro Luis Rodríguez Aliste desde Sucumbíos (Ecuador). No tiene desperdicio pues de forma sencilla resume sus 25 años de misionero en tierras de misión. ¡Qué ejemplo de entrega viviendo entre los niños, creando casas y dando luz, vida y futuro a muchos niños que posiblemente no hubieran tenido ese futuro! Y con él hay muchos otros misioneros de allí, ecuatorianos "tirados p'alante", como Gladys. Un ejemplo para sacerdotes y monjas europeos a los que el Papa Francisco les recuerda frecuentemente que es necesario ir a trabajar a las "fronteras", a los extrarradios, a los lugares donde hay necesidad de evangelización, de misión, de entrega.
Lo dicho, os entrego en caliente, recién sacado del horno, el testimonio de Pedro Luis. En otro momento os hablaré de cómo nos ha tratado el año 2020 a los que trabajamos en Añamiel Solidaria.
Un abrazo.
José Manuel
Cascales, Ecuador, 1
de octubre de 2020
Fiesta de Santa
Teresita
Queridas amigas y
amigos solidarios con las Casas de los Niños:
Hace dos días, era 29
de septiembre, fiesta de los arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael. Y un día
como ese, del año 1995, con “temor y temblor”, aterrizaba en el
aeropuerto de Quito por primera vez. Y pedía a los ángeles la protección que
pensaba, en mis miedos, que iba a necesitar. Son 25 años en América donde
soñaba venir desde que, siendo un niño, los misioneros carmelitas nos hablaban
de la Misión de Sucumbíos, de los animales, de la selva, de mil aventuras…
Veinticinco años son
ya años como para poder mirar atrás y ver las cosas desde una distancia
necesaria, ver nuestra Iglesia, ver las comunidades, ver las gentes, ver las
obras, ver los niños… y ver los rostros que han construido estos años. Y recuerdo
la frase de D. Pedro Casaldáliga que acaba de fallecer:
“… Al final del camino me dirán:
¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo sin decir nada,
abriré mi corazón lleno de nombres”.
Y es lo que quiero
hacer en el día de hoy, LA FIESTA DE SANTA TERESITA, nuestra patrona,
abrir mi corazón lleno de nombres que en 25 años son muchos. Y de estos 25
años, 21 ya son propiedad de la “Casa de los Niños Santa Teresita”.
Desde aquél 1999 en que se despedía el siglo como para decirnos que había que
comenzar algo nuevo. Y comenzaron los nombres que llenan mi corazón. Desde el
Grupo Misionero Santa Teresita de Gijón que nos prestó su nombre, han seguido
muchos nombres, propios algunos, comunes otros:
Gijón, parroquia, grupo, Martina, voluntarios, puente, rastrillo, Reinosa, radio, casa, Santa Teresita, nombre, Ávila, Blanca, bloque de aulas,
trabajo comunitario, computadoras, Arnedo, escuela, Scouts, “Vallaroso”,
Tomás, campamento, playa, Toño,
felicidad, ambulancia, dolor, Beatriz, Josean, Abuelos, Gabriel, AMISAMIS, Alfonso, Burgos, Diputación, Fidel,
misiones, Cascales,
Jambelí, NUDO, San Carlos, “Casa de la
Igualdad”, ASDE, Oviedo, Grupo Misionero,
San Juan de la Cruz, León, bocata solidario, colegio,
La Coruña, Soria, Consejo Provincial, GAD, Sevilla, “Fundación Santa Teresita”, Providencia, Santa Rosa, HUAUQUIPURA, becas, Zaragoza,
Carolina, enfermos, AECId, biblioteca, Murcia,
solidarios, Luz y Vida, apadrinamientos, Añavieja, familia, “Abejas Solidarias”, miel, Logroño, Carmen, José Manuel, María, Alberto, “SAVE THE CHILDREN”, María, murales, películas, Heraldos, lejanía, Limones, NUDO, Tucumán, Elena, VOLUNTARIOS, Argentina, Adultos Mayores, Centro de Día,
bailes, alegría, Villaviciosa, Maliaño, Semana
Solidaria, Emi, Pepe, fiestas de Navidad,
Ibarra, Patricio, familia, Guayaquil, Ceibos, Rocío, carmelitas, Alcedo, venezolanos, Parroquia Santa
Teresita, La Victoria, Eugenia, Playas, NUDO, Quito, carmelitas, Parroquias, Miguel, sus niños, solidaridad, Cogollos Vega,
parroquia, Granada, Maricarmen, Alemania, Munich, Ulrich, Berlín, voluntarios, yogurt, “Flor del Oriente”, Anabel, microemprendimiento, Eva,
Alberto, concierto, teatro, valores, María José, Jesús, Wuawakunapak, ASA, Teresa, Huesca, Diputación, Monzón,
Utebo, registro, comedores, DPZ, La Troncal, Lumbaqui, Cuenca, San Joaquín, Ruth,
UDA, Rafa, Jonas, Itziar…
¡Cuántos nombres! y
¡Cuántos faltarán! Pero lo importante no son los nombres, sino lo que queda,
como escribió Monseñor Proaño: “Tú… te vas… pero quedan los árboles que
sembraste”. Y los árboles sembrados por todos estos nombres son:
ü
Diez Casas de los
Niños, para más de 250 niños y niñas diarios.
ü
Un Centro de Día de
Adultos Mayores para 45 personas.
ü
Tres Comedores para
atender a 200 niños cada día.
ü
Una pequeña Planta de
Lácteos para elaborar yogur, dulce de leche y frutas.
Todos estos árboles
se nos tambalearon desde marzo, con las restricciones tomadas por culpa de la
pandemia, pero, por fin, al final de ese túnel divisamos ya un poco de luz. El
lunes, 28 de septiembre, después de seis meses, entraban los primeros niños a
nuestras “Casas de los Niños”. Ha sido una alegría muy grande. La pandemia,
con la suspensión de las clases presenciales, ha sido otro golpe para la
educación de nuestros niños. Las clases pasaron a ser por internet, pero la mayoría de
ellos no tienen medios para poder seguirlas, pues o no tienen la tecnología, o
no tienen luz, y “desconectaron” su formación. Por esta
razón, y con nuestro proyecto “Creando Futuros”, hemos conseguido las tablets que son necesarias
para que sigan las clases virtuales en nuestra Casa de los Niños.
Eso sí, siguiendo el protocolo de seguridad, higiene y distanciamiento para
evitar contagios.
Las demás Casas de
los Niños se irán abriendo en los próximos días, son lugares más
lejanos y pobres, donde no tienen las clases ni siquiera por internet, donde
seguiremos con las ayudas tan necesarias para que puedan descifrar y entender
algo de los folletos que una vez a la semana les entregan los profes. Hemos
visto que, para estudiar, los niños necesitan ayuda, ánimo, estímulo… que a
veces no encuentran en la familia, y es lo que humildemente nosotros queremos
darles. Que
después de este tiempo de estar en casa, de no ir a la escuela, no pierdan la
ilusión por estudiar y se queden fuera del sistema.
El Centro de Día
de Adultos Mayores y los comedores, tardarán más. A los adultos les estamos
llevando a sus casas una bolsa de alimentos cada 15 días, dos al mes, con lo
que pueden ayudarse en su alimentación. Aunque sabemos que los adultos
necesitan más del cariño, de la compañía y conversación entre ellos, y es lo
que de momento no se les puede dar... Los comedores de los niños, al no ser
presenciales las clases, también se han reducido a ayudas esporádicas en sus
casas.
En la Planta de
Lácteos, al no poderse hacer otras cosas, hemos seguido trabajando,
produciendo yogur, mermelada de frutas y manjar de leche, llegando a vender lo
que hacíamos a pesar que las economías andaban mal por todos los sitios. Tenemos
ya otro registro sanitario en nuestras manos, del manjar de leche, y otro en
proceso cercano. Este es un proyecto formativo y de apoyo a la comunidad en
varios niveles.
En medio de la
Pandemia, también hemos seguido participando en los diferentes Consejos
de ayuda a la niñez y adolescencia. Han sido duros tiempos en los que han aumentado los casos de
malos tratos y diferentes abusos. Hemos podido realizar los Talleres
Vacacionales para los peques, aunque haya sido por internet, y entre otras
cosas, han podido hacer sus muñecos de títeres y hablar con ellos… Pero el
acontecimiento más soñado para los niños y niñas, el Campamento en la playa,
NUDO, que se viene realizando sin ninguna interrupción desde hace 16 años, no
se pudo realizar, por motivos evidentes… ¡recuerden! les debemos un Campamento
a los niños de este año…
Y muchas gracias a todos los que nos han ayudado a que estos árboles
plantados sigan firmes y frondosos. A todos esos nombres de 25 años y a ti cuyo
nombre quizá no está en esa lista pero que sí está en el corazón de Dios que es
más importante. Que Dios te pague, pues nosotros no podemos… muchas gracias.
Pedro Luis Rodríguez
Aliste
Casa de los Niños
Santa Teresita
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