Este fin de semana - 12,13,14 abril - lo he destinado a hacer el primer traslado de colmenas desde Valverde de Ágreda hasta Añavieja.
¿Por qué? Pues porque salí a dar un paseo por el monte de Añavieja y descubrí que estaba con todo el romero florecido. El campo, el bosque, el encinar eran una explosión de color morado y blanco. ¡Parecía una explosión de alegría y de ilusión!
Así es que volví hacia casa, cogí el Terrano y el remolque y trasladé 24 colmenas en la noche del sábado. Fue dificultoso el traslado porque estoy padeciendo una bronquitis pulmonar con fiebre y esputos de color verde, acompañada de tos agónica.
He decidido que este próximo jueves vuelvo a Añavieja. Cogeré el Terrano y el carro y bajaré hasta Valverde. Retiraré las alzas a las colmenas, cargaré el primer viaje y al día siguiente cargaré el siguiente viaje. Lo tengo decidido porque en Valverde apenas hay tomillo florecido como consecuencia de la gran sequía del año pasado. Sucedió que el año pasado se secaron muchos tomillos y ahora apenas hay floraciones de romero y tomillo.
Por el contrario, en Añavieja florece el romero y algo el tomillo. La causa de este fenómeno viene propiciada porque el bosque de encinas protegió contra la sequía a las plantas pequeñas. Además, las dos grandes tormentas del año pasado arrojaron mucha agua. Ese agua se filtró en el suelo de arena del bosque y ahora las plantas tienen frescor y fuerza.
Lo dicho, el jueves trabajaremos a gusto y el viernes disfrutaremos de traslados. Espero que para ese día, la fiebre, la tos y los mareos hayan menguado y mi cuerpo esté suficientemente fuerte para afrontar el trabajo.
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