domingo, 25 de mayo de 2014

MUCHA SEQUÍA, POCO FUTURO

Hola, a todos los que seguís nuestro blog.
Acabamos de llegar de Añavieja. Las perspectivas de cara al futuro no son halagüeñas. Hace ya muchos días que no llueve por aquella zona. La floración del romero llenó de miel muchas alzas. Esperábamos que lloviera hace ya dos semanas porque la flor de tomillo comenzaba a anunciarse.
¡Pues no ha llovido nada! La flor del tomillo existe, se la ve en el campo, pero está seca, no da polen ni néctar. Da pena.
Las abejas se mueven excitadas de un lugar para otro buscando otro tipo de flores, pero como no ha llovido de poco les sirve.
¿Qué está sucediendo en las colmenas? Pues algo muy sencillo de comprender, las abejas están comiendo de su miel, no trabajan. Tenemos las colmenas llenas de abejas, a rebosar, pero no tienen floración sobre la que trabajar. Es el cambio climático que estamos provocando a marchas forzadas.
Dentro de dos semanas volveremos a Añavieja para extraer (catar) la miel de romero. Creemos que va a ser una cosecha excelente porque hubo mucha flor durante mes y medio. Ayer, sábado, catamos algunas alzas de miel y extrajimos 60 kilos de miel pura de romero, blanca-amarillenta y de un sabor a... ¡miel! La dejaremos madurar durante unas semanas para que se purifique, tome sabor y aromas (como el buen vino) y la tendremos disponible para el 21 de junio.
Ya hemos dejado preparado el obrador para que cuando lleguemos el día 6 de junio por la tarde nos pongamos a sacar miel durante 2 días. Os facilitamos la foto del obrador. Veréis que el suelo está forrado de cartón para evitar ir arrastrando miel y cera por el suelo. Ante todo, ¡higiene!
Hasta pronto, nos leemos dentro de una semana.

domingo, 18 de mayo de 2014

REFLEXIONES EN TORNO A TRES MESES: FEBRERO, MARZO, ABRIL DE 2014


Durante tres meses seguidos he ido de Logroño a Añavieja todos los fines de semana para trabajar con las abejas. Me siento fatigado, casi falto de motivación por “la causa”.  Varios de esos fines de semana salía de clase el viernes a las 14:00 y conducía de Albelda de Iregua hacia Añavieja. En el asiento de mi derecha iban los bocadillos, una botella de agua, la fruta y algo de dulce para picar (soy morrudo). Mientras comía, conducía, o mientras conducía, comía.
Llegaba a Añavieja, me cambiaba, montaba en mi vieja furgoneta y visitaba los asentamientos de las colmenas (en Valverde y Dévanos) para ver cómo estaban y programaba la jornada de trabajo del día siguiente.
Volvía a casa después de que ya había anochecido. Cenaba algo y me acostaba porque estaba agotado de la semana de trabajo en el colegio.
A la mañana siguiente me levantaba a las 7:00 de la mañana y enganchaba el trabajo hasta las 14:00: limpiaba, enjambraba, alimentaba, medicaba… Regresaba a Añavieja, aparcaba la furgoneta en la cochera, me lavaba, cogía el coche y volvía a Logroño para pasar el resto del fin de semana con la familia.
He enjambrado las suficientes colmenas como para mantener y reciclar las que ya tengo. He vendido enjambres y hemos obtenido algunos eurillos para enviar a quienes necesitan ayuda (de esto os hablaré el próximo día).
Pero, como os decía al principio, estoy cansado, me cuesta caminar por la vida con el mismo salero con el que inicie el curso escolar en septiembre. Me queda la duda de si el próximo año me voy a meter en más líos.
El próximo 21 de junio pondremos nuestros “stand” en la parroquia de la Virgen de los Milagros, de Ágreda y venderemos nuestra miel a los peregrinos. Pero antes la tenemos que sacar. Dicho sea de forma contundente: habrá que empeñarse otro fin de semana sacando miel y el fin de semana de la Virgen lo pasaremos detrás del mostrador al grito de “Miel para la misión”, o algo así.
¡Qué cuesta arriba se me hace esto! Los que seguís nuestro blog entenderéis de lo que os hablo si habéis vivido situaciones similares.

Recibid un cordial saludo de… José Manuel