lunes, 20 de abril de 2020

EL COVID19 AFECTA A LAS CASAS DE LOS NIÑOS DE SUCUMBÍOS

Tengan ustedes un buen día.
Días pasados recibimos una carta del Padre carmelita descalzo, Pedro Luis Rodríguez, y de la coordinadora de las Casas de los Niños de Ecuador, Gladys Chuquirima.
No voy a comentar nada sobre el contenido de la misma y la gravedad de lo que allí se narra. La copio directamente aquí para que todos los que seguís este bloc seáis conscientes de que el COVID19 no sólo ha afectado a las personas adultas (especialmente los ancianos), sino que también ha afectado a los niños, sobre todo a los NIÑOS MÁS POBRES Y DESFAVORECIDOS.
Lean la carta, reflexionen sobre lo que en ella nos narran y valoren lo privilegiados que somos todos los que tenemos FAMILIA, buena POSICIÓN ECONOMICA y formamos parte del PRIMER MUNDO privilegiado.
Hasta la próxima misiva y reciban un saludo virtual de
José Manuel (Casi todos los párrafos con letra negrita los he remarcado yo)


Queridos amigos de las Casas de los Niños:

Un abrazo fraterno y un saludo de Pascua a todos. A pesar de la situación, Cristo ha resucitado y nos ha dicho: “No tengan miedo, ¡Vayan a mis hermanos!”. Hace tiempo que no le escribía estas cartas laaaargas… En estos días en que los medios de comunicación nos están bombardeando con noticias no muy agradables que vienen de España, y de todo el mundo, y que en Ecuador nos hacen “poner nuestras barbas a remojar”. Y como he recibido tantos mensajes preguntando: “¿Cómo estás? He visto las imágenes de los muertos en Ecuador y me he asustado…” Por eso, me he puesto a contar un poco cómo estoy. Y quería contarlo desde las Casas de los Niños, y mandarle, a usted, que forma parte de esta familia, sea en Ecuador o en España, un abrazo de solidaridad y apoyo en estos momentos tan delicados, y a la vez, informarle de nuestra situación, pues por acá, aunque vamos un poco más tarde que por ahí, también nos está atacando fuerte, especialmente en Guayaquil.

Quiero compartirle algo de nuestra realidad y las realidades de muchos niños y familias frente a esta emergencia sanitaria. Como usted ya sabe la Fundación Casa de los Niños Santa Teresita, tiene 9 presencias en Ecuador, en la Zona de Cascales son 7 Casas de los Niños, una en Guayaquil, otra en Cuenca y una en Tucumán, en Argentina. Tenemos también un Centro de Día de Adultos Mayores para 40 adultos, con comedor, y otros dos comedores para 150 niñas y niños que están pasando por necesidades especiales. Uno de estos comedores, el de La Troncal, acababa de inaugurarse, así como la Casa de los Niños de Cuenca. También estaba para comenzar una nueva Casa de los Niños, con comedor, en Lumbaqui. Esta era nuestra “hermosa realidad” hace poco más de un mes, antes de que llegara esta visita inesperada de este bichito.

El jueves 12 de marzo, tras declararse los primeros casos en Ecuador, el primero, dicen, fue de una emigrante ecuatoriana que vivía en España, se suspendieron las clases en todo el país, y con ellas, también tuvimos que suspender temporalmente todas las Casas de los Niños, y ¿cómo no? todos los comedores, pues con la suspensión de clases, se declaró en todo el país una cuarentena por la que había que estar en casa. Se fueron aumentando las restricciones hasta que en el momento actual, hay un “toque de queda” (no se puede salir por nada), desde las dos de la tarde hasta las cinco de la mañana del día siguiente. Está claro que no se puede ni salir a ayudar a la gente. No se pueden tener reuniones, clases ni misas o cualquier otro evento. Creo que todo esto, ya lo conoce usted, pues es similar a España. El personal que trabaja con nosotros, siguieron trabajando en sus casas preparando materiales que les servirán para el futuro. Pero solo marzo.

Esta es la realidad, informativamente hablando. Llevamos ya más de un mes recluidos, pero nos podemos preguntar: ¿Cuál es la realidad de puertas adentro, la que no aparece en las noticias? Voy a ver cómo lo podemos decir sin extendernos mucho

ü  Somos conscientes que todos estamos viviendo una incertidumbre, todos estamos preocupados, muchos no podemos estar con nuestras familias en España como yo, o en Ecuador como otros, etc… pero las realidades de las familias y niños que día a día atendemos en las Casas, es muy, pero muy crítica… si en su vida normal, sin emergencia sanitaria, viven en la extrema pobreza, pues muchos niños están abandonados por sus familias, viven solos, viven lejos, otros padres y madres de familia, que viven trabajando al diario para poder comer… imagínense ahora con todo paralizado, sin trabajo, sin ingresos…

ü  En Cascales, hay muchos niños que durante el año escolar, viven solos, sus padres están en las fincas muy lejos del centro poblado. Únicamente por los estudios, los niños deben salir al centro poblado de Cascales. Justamente el 12 de marzo, sin avisar, el gobierno ecuatoriano suspendió las clases y la movilidad por la emergencia sanitaria. Por esta razón, a muchos niños y padres no les dio tiempo para regresar a sus casas, estaban solos en sus casas y otros por las calles, sin saber qué hacer, en la inocencia de los niños sin saber qué era lo que pasaba. La educadora de la Casa de los Niños, Angelita Cortés, fue a visitarlos y a dejarles algunos insumos y comida. Los niños no entendían lo que pasaba, con incertidumbre y lágrimas en sus ojos, pedían ir con sus padres. Finalmente pudimos conseguir un transporte de la municipalidad para llevarlos a casa con sus padres.

ü  En las ciudades de Ecuador, se pretende que el año lectivo actual, acabe por internet, pues acaba en junio. La realidad en Cascales y en la provincia, es que más del 65% de la población no cuenta con acceso a los medios tecnológicos, no tiene internet, ni siquiera una computadora, mucho más, no hay señal para llamadas telefónicas, o no hay luz en muchas casas de las fincas de estos niños. El Ministerio de Educación, habilitó una plataforma virtual para el estudio de los niños en casa, y eso nos preocupa mucho, nuestros niños ya han sido excluidos del sistema escolar, no están tomados en cuenta. Diariamente, estos niños acudían a las Casas de los Niños para ser apoyados en sus tareas, ahí tenían aunque sólo fueran unas mesas para hacer sus deberes, niños con discapacidad que con sus madres acudían para que les ayudemos…. Como es el caso de doña Gladys, tiene el 80% de discapacidad intelectual y 60% de discapacidad física, tiene dos niños y todos los días estaba en la Casa de los Niños para que la promotora le apoye a sus niños en las tareas, una madre que hace todo por sus niños, ella desde casa no les puede ayudar a través del internet, vive sola con ellos…. Y así podría nombrar muchos casos más…

ü  Las Casas de los Niños y los comedores han sido cerrados hasta que pase la emergencia, que pensamos que no será pronto. Esto nos preocupa, y algunas cosas más:

o   Los niños de La Troncal, una comunidad muy lejana, donde tenemos una Casa de los Niños, que no cuenta con internet, la energía eléctrica es suministrada por horas, y donde existen muchos niños con discapacidad, 25 niños con desnutrición severa, (lo dijo el médico de Cascales, que llevamos para que les hagan todos los exámenes).

o   Desde la Casa de los Niños, hemos coordinado con las autoridades de Cascales para hacer una lista de familias que ya necesitaban de alimentos. Estas familias esperamos que sean atendidas. Actualmente ya se han repartido, según nos han dicho, 3.500 kits de alimentos. También a la Fundación nos han pedido la información de las personas adultas mayores más necesitadas.

o   Nos preocupa que esta situación siga y que no podamos apoyar sobre todo con alimentación a las familias en condiciones más vulnerables.

o   Nos preocupa un final de curso escolar por internet donde nuestros niños quedarían excluidos. Queremos acompañarlos, si ellos no pueden venir, nosotros poder llegar a ellos, pero es muy complicado

ü  En la vía Quito, donde yo vivo, todavía no tenemos casos con coronavirus confirmados, estamos tranquilos, pero con mucho miedo porque en Lago Agrio ya hay muchos positivos y de gente conocida. Sobre todo nos preocupa que en Sucumbíos no hay un hospital preparado para la atención y a todos los envían a Quito. Hace pocos días los dos únicos respiradores que tenían en el hospital, los han llevado a otras provincias. Si en Ecuador está mal la situación sanitaria, en Sucumbíos es peor. Otro tema es que al gobierno no le interesa decir los casos de gente con coronavirus. Sabemos que esto pasa en todos los países, pero… en Sucumbíos con más razones, pues al ser una provincia petrolera, no se plantean parar la producción, y siguen con su trabajo normal. Pero a la gente que trabaja en las petroleras, tampoco les están dotando de equipos de protección personal…

SITUACIÓN ESPECIAL DE GUAYAQUIL:

Como sabe, hasta hace año y medio, yo vivía en esta ciudad de la Costa, la ciudad financiera del país, la Perla del Pacífico. Aunque esto ya parece un testamento, les pido un poco de paciencia para contarles algo de Guayaquil. Imágenes de esta ciudad, es lo que ustedes están viendo por las noticias de la televisión, pues rápido, han recorrido el mundo globalizado. En Guayaquil tenemos una Casa de los Niños, que está en el centro de la ciudad, que es una zona muy deprimida, de mucho comercio, de mucha gente, de mucho ruido, de prostitución… Esta casa, comenzó atendiendo a los niños de unas “casas” (¿¿??), pobres de solemnidad, de emigrantes indígenas, de la sierra de Ecuador, así como a niñas y niños hijas de las personas que trabajan en la prostitución ahí mismo. A estos, se sumaron en igual cantidad, niños y niñas emigrantes de Venezuela, que al estar sus papás recién llegados, no tenían dónde quedarse cuando sus papás vendían cualquier cosa en los semáforos.

Al llegar la famosa pandemia, Guayaquil, zona de gran emigración a España e Italia, recibió los primeros casos de familias ecuatorianas que vivían en Europa. Pueden imaginar, que si el sistema sanitario se ha colapsado en países del llamado “primer mundo”, ¿qué iba a pasar aquí? Pues pasó, y antes que se colapsaran los hospitales, se colapsó el sistema funerario. ¿Por qué? Sencillamente por el pánico. Al principio no había muchos muertos, pero, por miedo al contagio, el Gobierno se comprometió a recoger los cadáveres. Fueran los muertos del virus o de lo que fueran, las familias debían comunicar el fallecimiento y tenerlos en sus casas hasta que pasaban los encargados a retirarlos. El clima de Guayaquil en estos meses es de un calor y humedad insoportables, por lo que los difuntos se estropeaban rápidamente. Cuando pasaban dos días y nadie venía a buscarlos, los tenían que sacar a la calle porque ya no aguantaban el hedor. Los vecinos que tenían miedo al contagio, aunque hubiera muerto por un accidente, a veces le prendían fuego para que se quemaran y desaparecieran de las calles… Estas han sido las imágenes que han visto tan terribles. Un segundo paso ha sido el colapso de los hospitales que está siendo más grave todavía. Como se sigue sin retirar los cadáveres, se juntan en cualquier sala o aparcamiento de los hospitales que no dan abasto ya con nada. Muchos doctores están en cuarentena por contagio al no haber tenido ninguna protección y lo peor pensamos que está por venir, pues al día de hoy, 14 de abril, todavía no se llega al famoso pico…

Con todo esto, la situación de las familias de los niños de la Casa de los Niños de Guayaquil, se imaginan que ha pasado de ser muy mala a ser… catastrófica, pues al no poder salir a la calle, que era la que les daba el sustento para vivir, y al vivir totalmente al diario, ya no pueden comer, ni mucho menos pagar el alquiler de los cuartos donde vivían… muchos han sido echados de sus alquileres en una situación como la actual. Algunos han vuelto a Venezuela, su país, y están retenidos en la frontera… Es grande la solidaridad del pueblo ecuatoriano, y mucha gente está viviendo de esa solidaridad que es la Seguridad Social de los pobres. Podría seguir con detalles que ustedes ya se pueden imaginar.

No quería yo ser trágico en este relato, pero esta es la realidad. A nivel personal, decirle que yo vivo en el Nororiente, zona del Amazonas, en Sucumbíos, donde están las 7 Casas y los tres comedores, donde ha habido pocos casos y casi todos en la capital Lago Agrio. Llevamos 33 días recluidos en casa, los mismos que en España, sin ninguna salida pastoral, sin las misas ni visitas a las comunidades. Uno se siente inútil al no poder hacer nada. Y además, estar seguro que lo mejor que puedes hacer es no hacer nada, para no contagiar a nadie… Vivo en una casa prestada, gratuita… con dos hermanas gemelas de Venezuela y la hija de una de ellas de 9 años. Ellas vivían en Guayaquil en parecida situación de las narradas, pero por “casualidad” les tocó aquí y se están librando conmigo de la tormenta que seguro les habría tocado en Guayaquil…

Si ha llegado hasta este punto, de este documento tan laaaargo, y no se aburrió antes, es seguro que nos quiere mucho… jajaja… le doy las gracias. Algo bueno seguro que sacaremos de esta situación, al menos daremos más importancia a las cosas pequeñas, seremos más solidarios y tomaremos en serio lo importante de la vida. Gracias a usted por todo lo que ha hecho por nosotros, bueno, por nuestros niños… GRACIAS DE CORAZÓN.

Pedro Luis Rodríguez y Gladys Chuquirima

CASA DE LOS NIÑOS/AS SANTA TERESITA, CASCALES: QUIÉNES NOS AYUDAN 
Fotografía tomada hace ya varios años con matrimonio voluntario de Arnedo (José Antonio y Beatriz) y la donación de una ambulancia del gobierno de La Rioja (España). Eran "buenos tiempos".




miércoles, 15 de abril de 2020

AISLAMIENTO, ABURRIMIENTO Y MENISCO

Lo cierto es que no estoy con mucho entusiasmo de escribir. Lo que tengo que contar no es nada emocionante ni positivo. Si escribo es para animarme a mí mismo, y a quien me lea, a superar las etapas bajas de ánimo, de falta de superación. En fin, vamos allá.
Desde el confinamiento con motivo del COVID19 no dispongo de libertad para salir a la calle, ni practicar deporte al aire libre ni tener la mente organizada. La tensión que me supone el encierro entre cuatro paredes me provoca dolores de cabeza, pérdidas de visión y dolores de menisco. ¡Ah, se me olvidaba! El día que se pronunció el estado de alarma, hace ya más de un mes, se me rompió el menisco interno de la rodilla izquierda. Como lo prioritario hoy es atender a esta pandemia, los hospitales no atienden a cuestiones menores y yo camino cojeando por la vida a la espera de que esto acabe, me puedan revisar y, a lo mejor, me operen dentro de unos meses. Mientras tanto mitigo mi dolor de rodilla haciendo buenas sesiones de rodillos todos los días con la bicicleta de carretera ¡Y voy mejorando mucho! Del menisco interno de la rodilla derecha ya estoy operado hace dos años, así es que ya sé de qué va el dolor y el proceso que me espera hasta la intervención quirúrgica.
En fechas recientes tuve que comprar 50 núcleos para reiniciar de nuevo mi vida como apicultor aficionado. Al día siguiente de llevarlos al pueblo comencé a pasar 40 de los núcleos a colmenas . En ese proceso, que me llevó varias horas, fue cuando se rompió el menisco de la rodilla. Al día siguiente, y en días sucesivos, tuve que alternar la cama, con fuertes dolores de rodilla, sin apenas poder andar. Tomé algún antinflamatorio y eso provocó que mi colitis ulcerosa entrara en proceso de brote, arrojando sangre, con diarreas continuas. Y en ello estoy, comiendo arroz en cantidades industriales, poniéndome supositorios de mesalacina por la mañana y por la noche y... totalmente desconcertado y perdiendo peso, además del dolor de rodilla que persiste.
Además, y para eso estoy en el mundo de las abejas, como no puedo tomar antinflamatorios para el dolor de rodilla para no aumentar mi crisis de colitis ulcerosa, estoy experimentando, ¡y de qué manera!, el mejor antinflamatorio que tengo a mano: ¡las abejas! Todas las mañanas, desde hace dos semanas, me pico dos abejas con su doloroso aguijón, en el punto más doloroso del menisco roto, antes de comenzar mi sesión de rodillos con la bicicleta de carretera. Así evito que se inflame la rodilla. ¡Y funciona, funciona, funciona! Fuera antinflamatorios y sean bienvenidas las abejas. Aunque también tengo que decir ¡que eso duele! ¡Vaya si duele!
A eso hay que añadir otro problema: se me ha roto el motor del Jeep, tira aceite y no me da garantías de ir a trabajar y volver al pueblo sin que me deje tirado por los caminos. Tengo miedo de quedarme por el camino (volver a casa me da pánico cuando pienso en que tengo el menisco roto y eso me causa dolor cuando ando), pero tengo más miedo de no atender a las abejas ahora que están empezando a trabajar. Estoy buscando un vehículo por internet desde hace dos meses (de segunda mano, claro), pero no puedo probarlos porque no se puede salir de casa, tampoco están activas las ITV y comprar un coche sin verlo ni probarlo es una aventura.
Osea, que estoy, como vulgarmente se dice, jodido. Mañana iré al pueblo a revisar las colmenas cazaenjambres que puse el mes pasado, a pasar a colmena los enjambres capturados (por lo menos había capturado tres el último fin de semana), a pasar dos núcleos a colmenas, a alimentar a las colmenas débiles y a poner algún alza a las colmenas fuertes.
Me pregunto: ¿se me romperá el motor cuando esté por los caminos y tendré que volver andando a casa? Dios no lo quiera porque mi rodilla no está para caminar.
Así es que en esas estamos. ¿Qué os parece? ¿Me tiro al suelo y me dejo derrumbar?
¡No!, que para eso he escrito esta reflexión, para animarme, para superar dificultades, para visualizar lo que voy a hacer mañana y para no dejar nada a medias, aunque quede cojo.
Eso es todo por ahora, mañana me pondré a prueba. Momentos peores he pasado, como cuando tuve el accidente de montaña escalando en las paredes de hielo del Mont Blanc y acabe con las dos piernas destrozadas, o algunos otros accidentes vividos en los campamentos de verano y que me llevaron a los hospitales.
Le pido al Señor que me dé fuerzas para salir adelante y no dejarme avasallar por las circunstancias.
Un abrazo para tod@s.
José Manuel