lunes, 31 de mayo de 2021

PARECE QUE REACCIONAN LAS ABEJAS

 Ha transcurrido un mes desde mi anterior aparición por esta ventana de la experiencia apícola. Ha sido un "mes horribilis". Mis viajes semanales a Añavieja no han tenido otra finalidad que la de alimentar y alimentar. Una auténtica ruina, además de trabajosa y pringosa al preparar el jarabe con el que alimentar las colmenas.

Se ha secado toda la vegetación del entorno a causa de la sequía. El agua de las pocas lluvias que cayeron a principios de mayo se evaporó a causa de los vientos de este mes seco. El tomillo se ha convertido en una planta para hacer floreros que imiten al plástico. Las abejas visitan los tomillares pero vuelven a la colmena de vacío y con mal genio. Visitar el colmenar durante este mes ha supuesto una prueba de paciencia para mi carácter porque las abejas estaban en su interior y me recibían con muchos aguijonazos (¿me estaban vacunando contra la COVID?).

El sábado llovió y cayeron 35 litros. Ayer volvió a llover algo, pero vino acompañado de granizo. El granizo desfloró los tomillos. Ahora tenemos humedad pero no tenemos plantas con flores en las que puedan pecorear las abejas. ¿Se puede ser más desgraciado?

Me he planteado hacer una división con mis colmenas. El próximo fin de semana les quitaré los cuadros 1 y 10 de cada colmena (los que llevan miel) a las colmenas de este año. En su lugar pondré un cuadro con cera estirada. Después subiré las colmenas de Valverde a Añavieja y las trataré con oxálico vaporizado para eliminar varroa. A continuación las alimentaré con jarabe y torta y las volveré a tratar con oxálico una semana después. Espero que esas colmenas (aproximadamente 35) queden casi limpias de varroa y a la vez se llenen de cría porque en Añavieja está a punto de explotar la jara (¿será como consecuencia de las lluvias de este fin de semana?).

El segundo grupo de 35 colmenas con alza las voy a dejar dos semanas más en Valverde a ver si ponen algo de miel. Cuando el entorno se haya secado y no haya floración, les quitaré las alzas y los cuadros de miel de la colmena (cuadro 1, 2, 9, 10). Después las subiré a Añavieja, les daré un tratamiento con oxálico y las alimentaré a tope con jarabe y torta. Una semana después las volveré a tratar con oxálico y continuaré alimentándolas hasta que rebosen de abejas. A continuación les pondré las alzas y espero que haya buena producción de miel de lavanda, encina y brezo.

Todo lo que menciono son experimentos. Sí, experimentos diferentes a los de otros años y espero que con ellos  logre adaptar un método definitivo que me garantice que, en los próximos años, todo sea para el bien de las abejas y el mío.

Como he dicho al principio de esta "confesión", hoy parecía que las abejas estaban trabajando, bastantes colmenas estaban a punto de llenarse de abejas y la cantidad de lluvias había mejorado el campo. Hoy he vuelto a Logroño con más ilusión. Espero no recibir otra bofetada de pesimismo el próximo fin de semana y comencemos a funcionar con alegría e ilusión.

¡Cuánto me alegraría poder escribir cosas positivas, fantasear y fantasmear como un "bocazas", pero lo que hay es lo que hay y yo soy un aprendiz de la vida que, ¡maldita sea!, espero que un año de estos (antes del 2030) adquiera sabiduría y cometa menos errores. Es lo que hay y tendré que tomarlo como medicina para curarme.

Y por hoy nada más. Un fuerte abrazo para todos los que seguís mi caminar a tropezones. Y ya sabéis, por si no os lo había dicho hasta ahora: haced lo contrario de lo que hago yo porque seguro que así obtendréis éxito. ¿O no?

José Manuel

sábado, 1 de mayo de 2021

FRÍO, FRÍO Y ABEJAS SIN PECORAR

 Son ya dos las semanas que van sucediéndose y las abejas no aumentan población. El campo está fuerte, las aliagas florecen y brillan como no lo hacían desde hace varios años, el romero y el tomillo se dejan ver, pero las abejas no salen porque las temperaturas apenas superan los 10 o 12 grados.

Mis viajes a Añavieja se han convertido en una "romería" para dar de comer agua con azúcar a las abejas. Ya estoy harto de preparar bolsas y más bolsas. Veo el campo con fuerza, la lluvia lo ha hecho medrar, pero el frío impide que trabajen las abejas.

He aprovechado este último viaje a Añavieja para embotar la miel que sacamos de las colmenas que murieron durante el invierno. Ha sido tanto el frío en la casa que la miel se había solidificado. Tuve que poner el madurador en una habitación pequeña, con dos radiadores eléctricos a los lados, para que la miel fluyera pastosa y así poderla envasar. Luego he tenido que calentar cada bote hasta que se ha vuelto líquida y he podido retirar los residuos que se habían acumulado en la parte superior. Mucho trabajo, mucha dedicación para hacer las cosas bien. Por cierto, la miel es de brezo, negra, con un toque amargo que deja un regusto sabroso, que invita a comer rebanadas de pan tostado.

Espero volver al colmenar el próximo fin de semana, bien sea para alimentar o bien para poner alguna alza en las colmenas que han aumentado de población. Pero será después de hacer la campaña con el Banco de Alimentos de La Rioja. El viernes, día 7 de mayo, haremos varios supermercados, desde las 9:00 a las 21:00. Me toca estar en uno de los turnos de tres horas y además soy el coordinador de un supermercado, con lo cual pasaré el día atareado y relacionándome con voluntarios, cajeras y otras buenas gentes.

Mientras tanto, vamos superando el COVID19 a golpe de pedal. Hoy hemos hecho 55 kilómetros a buen ritmo pues la media ha salido a 30 km/hora. Mañana toca otra vez bicicleta, pero creo que iremos más despacio y podremos conversar entre los ciclistas. El virus no tiene cabida en mi cuerpo y con la primera dosis que ya me pusieron cabalgo con fuerza por las carreteras.

Y nada más por hoy. Invito a todos los apicultores y amantes de la naturaleza a que disfruten de los días buenos, de salir al campo sin mascarilla, incluso a sentir los picotazos de abejas como una buena sensación, la sensación de que seguimos vivos y es bonito estar en este mundo haciendo cosas para crecer como personas y para ayudar a otros a crecer.

Un abrazo.

José Manuel