miércoles, 15 de abril de 2020

AISLAMIENTO, ABURRIMIENTO Y MENISCO

Lo cierto es que no estoy con mucho entusiasmo de escribir. Lo que tengo que contar no es nada emocionante ni positivo. Si escribo es para animarme a mí mismo, y a quien me lea, a superar las etapas bajas de ánimo, de falta de superación. En fin, vamos allá.
Desde el confinamiento con motivo del COVID19 no dispongo de libertad para salir a la calle, ni practicar deporte al aire libre ni tener la mente organizada. La tensión que me supone el encierro entre cuatro paredes me provoca dolores de cabeza, pérdidas de visión y dolores de menisco. ¡Ah, se me olvidaba! El día que se pronunció el estado de alarma, hace ya más de un mes, se me rompió el menisco interno de la rodilla izquierda. Como lo prioritario hoy es atender a esta pandemia, los hospitales no atienden a cuestiones menores y yo camino cojeando por la vida a la espera de que esto acabe, me puedan revisar y, a lo mejor, me operen dentro de unos meses. Mientras tanto mitigo mi dolor de rodilla haciendo buenas sesiones de rodillos todos los días con la bicicleta de carretera ¡Y voy mejorando mucho! Del menisco interno de la rodilla derecha ya estoy operado hace dos años, así es que ya sé de qué va el dolor y el proceso que me espera hasta la intervención quirúrgica.
En fechas recientes tuve que comprar 50 núcleos para reiniciar de nuevo mi vida como apicultor aficionado. Al día siguiente de llevarlos al pueblo comencé a pasar 40 de los núcleos a colmenas . En ese proceso, que me llevó varias horas, fue cuando se rompió el menisco de la rodilla. Al día siguiente, y en días sucesivos, tuve que alternar la cama, con fuertes dolores de rodilla, sin apenas poder andar. Tomé algún antinflamatorio y eso provocó que mi colitis ulcerosa entrara en proceso de brote, arrojando sangre, con diarreas continuas. Y en ello estoy, comiendo arroz en cantidades industriales, poniéndome supositorios de mesalacina por la mañana y por la noche y... totalmente desconcertado y perdiendo peso, además del dolor de rodilla que persiste.
Además, y para eso estoy en el mundo de las abejas, como no puedo tomar antinflamatorios para el dolor de rodilla para no aumentar mi crisis de colitis ulcerosa, estoy experimentando, ¡y de qué manera!, el mejor antinflamatorio que tengo a mano: ¡las abejas! Todas las mañanas, desde hace dos semanas, me pico dos abejas con su doloroso aguijón, en el punto más doloroso del menisco roto, antes de comenzar mi sesión de rodillos con la bicicleta de carretera. Así evito que se inflame la rodilla. ¡Y funciona, funciona, funciona! Fuera antinflamatorios y sean bienvenidas las abejas. Aunque también tengo que decir ¡que eso duele! ¡Vaya si duele!
A eso hay que añadir otro problema: se me ha roto el motor del Jeep, tira aceite y no me da garantías de ir a trabajar y volver al pueblo sin que me deje tirado por los caminos. Tengo miedo de quedarme por el camino (volver a casa me da pánico cuando pienso en que tengo el menisco roto y eso me causa dolor cuando ando), pero tengo más miedo de no atender a las abejas ahora que están empezando a trabajar. Estoy buscando un vehículo por internet desde hace dos meses (de segunda mano, claro), pero no puedo probarlos porque no se puede salir de casa, tampoco están activas las ITV y comprar un coche sin verlo ni probarlo es una aventura.
Osea, que estoy, como vulgarmente se dice, jodido. Mañana iré al pueblo a revisar las colmenas cazaenjambres que puse el mes pasado, a pasar a colmena los enjambres capturados (por lo menos había capturado tres el último fin de semana), a pasar dos núcleos a colmenas, a alimentar a las colmenas débiles y a poner algún alza a las colmenas fuertes.
Me pregunto: ¿se me romperá el motor cuando esté por los caminos y tendré que volver andando a casa? Dios no lo quiera porque mi rodilla no está para caminar.
Así es que en esas estamos. ¿Qué os parece? ¿Me tiro al suelo y me dejo derrumbar?
¡No!, que para eso he escrito esta reflexión, para animarme, para superar dificultades, para visualizar lo que voy a hacer mañana y para no dejar nada a medias, aunque quede cojo.
Eso es todo por ahora, mañana me pondré a prueba. Momentos peores he pasado, como cuando tuve el accidente de montaña escalando en las paredes de hielo del Mont Blanc y acabe con las dos piernas destrozadas, o algunos otros accidentes vividos en los campamentos de verano y que me llevaron a los hospitales.
Le pido al Señor que me dé fuerzas para salir adelante y no dejarme avasallar por las circunstancias.
Un abrazo para tod@s.
José Manuel

No hay comentarios:

Publicar un comentario