lunes, 3 de julio de 2023

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

 Fin de semana de embotado de miel. Han sido pocos los kg. embotados, pero son muchos si los comparo con los del año pasado y hace dos años en los que no obtuve nada.

Hace tres semanas cayó el cielo sobre la tierra de Añavieja y comarca (recordaba lo de Astérix y Obélix). Fueron muchos litros en poco tiempo. El agua de la comarca se encauzó sobre el canal y como el canal está lleno de vegetación, como si fuera un bosque, el agua desbordó el cauce e inundó las fincas de los agricultores de Añavieja, las fincas de patatas. Y, por si fuera poco, remató el desastre lanzando una granizada que deshojó las plantas. Fue el desastre. Todavía sigue embalsada la laguna y muchas fincas parecen piscinas en sus partes más hondas.

Pero esa gran cantidad de agua vino bien para el asentamiento de abejas. Las colmenas están en una zona arenosa, la cual absorbió el agua y empapó el subsuelo de la zona. El terreno acoge un gran encinar, mezclado con plantas de brezo. Curiosamente, la jara no florecía por falta humedad. Pues bien, la cantidad de agua caída ha hecho florecer la jara y ha encendido a las abejas. Las colmenas se han llenado de polen y de néctar. ¡Ha sido un cambio bestial! ¡Increíble!

Fruto de esta gran caída de agua son las colmenas llenas de cría. He tenido que poner muchas alzas a muchas colmenas porque las abejas se desbordaban cuando abría la tapa.

Ahora espero que la encina "llore" sus gotas dulces, lo mismo que el brezo su néctar. Este año va a ser buena cosecha, algo inesperado. Todo lo contrario de la pobre primavera. Ya veremos.

No me quiero hacer ilusiones ni crearme falsas expectativas, pero vamos por buen camino.

Un abrazo.


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