jueves, 3 de enero de 2019

¡PADRE DIOS, ACRECIENTA MIS ESFUERZOS Y LOS RESULTADOS!

¡Feliz año nuevo a todos cuantos seguís este blog!
Como habréis podido apreciar llevo largas lunas sin escribir nada referido a nuestro proyecto. Elaboré 1.350 cajas alimentadoras para las abejas, con sus respectivas mallas que soldé previamente y con sus flotadores de gomaeva. ¡Un palo que me ocupó durante más de mes y medio. Ahora esas cajas ya están colocadas en las colmenas y de ese modo evito poner bolsas de plástico que tenía que tirar cada vez que las había usado. ¡Evitemos la contaminación por plásticos!
A pesar de haber tratado las colmenas en dos ocasiones con ácido oxálico, el balance es abrumadoramente desmoralizador. Llegué a tener más de 100 colmenas, unas fueron de elaboración y creación  propia, 14 fueron enjambres comprados y otras muchas de enjambres capturados. A mediados de octubre estaba exultante de alegría. Pero llegó el ácaro parásito varroa y me descompuso el colmenar y el ánimo. Actualmente me quedan 45 colmenas, algunas de ellas débiles (va a ser difícil que sobrevivan al invierno). Esto es desolador porque le pongo todo el empeño del mundo, desinfecto las colmenas con sosa cástica antes de que entren a vivir las abejas, después las desparasito con el ácido oxálico y otros ácidos de origen vegetal (esencia de limoncillo, de lavanda...), las alimento cuando creo que pueden estar débiles y... todo parece en vano.
El mes pasado (principios de diciembre) habían muerto 40 colmenas (4.000 €). Estas navidades he recogido más colmenas muertas, otras 27 colmenas. Ya van 67 colmenas (6.700 € perdidos). ¡Qué horror! Además he invertido 400 € en un generador de electricidad nuevo para tratar las colmenas en el campo, y un cable alargadera para llevar la luz desde el generador hasta el sublimador que vaporiza el ácido oxálico (otros 50 €). Me queda por comprar el sublimador (otros 450 €).
Pensaréis que no me alcanza mi capacidad de hacer las cosas bien, y seguro que tenéis mucha razón. Pero yo le doy vueltas y más vueltas a este desconcierto, escucho a los expertos, pongo en marcha sus planes; leo, reflexiono, mejoro mis infraestructuras y... ¡algún día tendrá que ser un "éxito"!
Por de pronto me encuentro con que dispongo de miel de invierno, la que proviene de todas las colmenas muertas. Me he quedado desconcertado al limpiar las colmenas muertas y sacar los bastidores con miel que había en cada una de ellas. Creo que la media de miel que había de almacen en cada colmena muerta será de 10 kilogramos. Es una cantidad suficiente para pasar un largo invierno de 5 meses. Pues a pesar de ello, las colmenas estaban vacías (el misterio de las colmenas vacías, sin abejas).
Estas navidades he bajado las colmenas a Valverde (45 colmenas), las he alimentado por si acaso no tenían suficiente y espero que se pongan fuertes con la llegada del romero. Dentro de dos o tres semanas comenzará la floración del almendro y espero que las abejitas se porten bien y ayuden a los agricultores de Valverde de Ágreda a polinizar sus almendros. Mi proyecto pasa por hacer nuevos enjambres a partir de mediados de marzo y además comprar 20 enjambes a Íñigo (1.300 €). A ver si llegamos al mes de mayo con 90 colmenas fuertes y podemos sacar miel de romero y tomillo.
Estos son mis sueños. Y sin  sueños no puedo ir a ningún punto en el horizonte de la vida porque me moriría de pasividad e inacción si no persiguiera sueños. Y más si los sueños pueden ayudar a que niños con pocas posibilidades de futuro en la vida disfruten de acogida, escuela y comida en las Casas de los Niños.
Que el año 2019 nos depare más profundidad de vida interior, más paz, más recogimiento y más grandeza de ánimo para ayudar a los que sirven a Dios ayudando a los niños.
Un abrazo de hermano para todos.
José Manuel

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