domingo, 9 de febrero de 2020

INICIO DE AÑO APÍCOLA 2020

Buenas tardes a todos los que me seguís en el blog.
He tardado mucho tiempo en tomar el hilo de este "cuaderno de apuntes", entre otras razones porque no tenía nada que contar y no pretendo tener seguidores, y además porque mi ánimo rodó por el suelo cuando fui a revisar las colmenas y me encontré con una catástrofe que nunca hubiera imaginado. El hecho se resume en pocas palabras: se me han muerto casi todas las colmenas.
La verdad es que me quedan pocas ganas de comentar esta realidad tan cruda. En noviembre puse a invernar 60 colmenas, las traté contra la varroa con ácido oxálico, las estuve alimentando durante varias semanas y consideré que iban a pasar el invierno con dignidad y sin causar muchas bajas.
Hace diez días las fui a revisar nuevamente para ver cómo hacía la trashumancia para llevarlas a Valverde, el pueblo en el que cumplen su función polinizando los almendros de los agricultores. Estaba orgulloso del nuevo sistema de bebedero que había creado para que las abejas tuvieran agua durante los meses de estancia en mi pueblo, Añavieja. Me ayudó mi hermano a llevar el agua y a colocar el abrevadero para abejas, protegido de ciervos, corzos y jabalíes. Todo perfecto.
Han transcurrido dos meses y ahora sólo quedan unas pocas colmenas, y además están muy débiles. Las trasladaré, las alimentaré y las volveré a tratar contra la varroa. Lo curioso de esta muerte de colmenas es que la mayoría de ellas están repletas de miel pero no hay abejas en su interior. ¿Qué ha sucedido? ¿Ha sido el ácaro varroa el que ha destruido su cerebro y ellas han salido a volar y se han extraviado y no han sabido volver a la colmena?
¿Qué futuro me espera?
Pues muy sencillo y muy inversor a la vez. Tengo que comprar, cuando menos, 40 núcleos para hacer con ellos nuevas colmenas (miles de €). Eso supone sacar dinero de donde no lo hay, es decir de mi cuenta de ahorro, después comprar cera nueva y ponérsela a los cuadros que han muerto, comprar alimento (azúcar, jarabe) para abastecer los núcleos y convertirlos en colmenas y hacer muchos viajes desde Logroño a Añavieja (125 km de distancia entre ambas poblaciones) que consumen días fuera de casa, llenar el depósito de gasoil, activar la calefacción en la casa de Añavieja... En fin, espero que la Providencia me ayude a ser operativo y saque adelante los núcleos que compre.
Para empezar, mañana partiré hacia Añavieja para trasladar las pocas colmenas que han quedado y ayudar a los agricultores de Valverde en la polinización de sus almendros. Después sacaré la miel que hay en las colmenas que han muerto y, antes de volver a Logroño, trataré las colmenas nuevamente con el ácido oxálico para ver si elimino la posible varroa que quede en ellas.
Estoy ilusionado con el sistema de bebedero que he creado para el asentamiento de Valverde, con su protección contra zorros, corzos, perros y otras alimañas. Además, Mariano (agricultor de Valverde) me ha facilitado un nuevo lugar de asentamiento que me evitará conflictos con otro apicultor depredador que invade la zona, amenaza a los que llegamos con buenas intenciones de ayudar a la polinización y se beneficia del tomillo pero no trae las colmenas para polinizar en el mes de marzo.
Espero que con la ayuda y el apoyo del alcalde de Ágreda, de la Extensión Agraria y, si es preciso, de los guardia civiles SEPRONA, pongamos a cada uno en su sitio y salga beneficiado el pueblo de Valverde y sus agricultores.
Y nada más por ahora, espero contaros buenas noticias en mi próxima "escritura".
Un abrazo y disfrutad de este año 2020 en crecer como personas, en salir de vuestro yo para ayudar a los demás. Eso os hará felices y ayudaréis a crear un mundo mejor, más humano.
José Manuel

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