sábado, 20 de febrero de 2021

HE MEJORADO MI ASENTAMIENTO DE AÑAVIEJA

 Hola, buenas tardes, amigos y amigas.

Han transcurrido varios días desde que vine de Añavieja. Alimenté las colmenas (que, por cierto, estaban sin acción a causa del aire y del frío del invierno) y después, con ayuda de mi hermano Carlos y su tractor con pala, rehicimos un poco el asentamiento de Añavieja. Dejamos tres hermosos pasillos por los cuales circular con el todoterreno y el carro. Mi hermano fue desplazando la arena para dejar hueco diáfano y un diseño perfecto para poder trabajar en el futuro. Ahora podré cargar y descargar las colmenas sin tener que llevarlas a mano hasta los lugares más lejanos del apiario. Mi hermano me ha facilitado la ejecución del proyecto que tenía "in mente".

Durante la hora y media de trabajo tuve fuerzas para cavar y arrastrar la arena con ayuda de la azada, pero a medida que transcurría el tiempo me iba sintiendo sin fuerzas, mareado, con ganas de acabar y de volver a Logroño. 

Hoy, sábado, escribo el relato de lo sucedido desde esta cómoda silla, frente al ordenador. Pero en aquel momento estaba viviendo un proceso febril con fiebre de hasta 38º. El problema ya comenzó la semana pasada cuando tuve días de fiebre que me dejaron amilanado. El domingo y el lunes salí a entrenar con la bicicleta y notaba que no ascendía bien las cuestas largas y empinadas. No sabía la causa. Pero el martes tuve otro brote de fiebre que superé tomando Paracetamol. 

El miércoles vino el subidón de la fiebre que ya he mencionado. El jueves me atendió un médico a través de vía telefónica y me indicó que tenía un proceso vírico de las vías urinarias. Comencé a tomar antibiótico y paracetamol y he notado que he mejorado mucho, pero el antibiótico me deja sin energía, un poco sonámbulo. Hoy he salido con la bicicleta y he sentido debilidad en mi cuerpo y en mi mente, no soy yo, no saco mi energía a tope en las subidas, me cuesta mantener el ritmo durante períodos de tiempo medianos. En fin, que estoy flojillo.

Pero ya me he concertado con mi maestro apicultor, Íñigo, para acompañarle la semana que viene a alimentar a sus colmenas. Pasaremos el día desplazándonos y alimentando a distintos asentamientos y en distintos pueblos de La Rioja, Navarra y País Vasco. Comeremos, como lo hemos hecho otros años, mientras vamos de un asentamiento a otro (comemos fruta, sólo fruta: manzanas, plátanos, naranjas). Yo creo que aunque no me habré recuperado bien, la semana próxima estaré suficientemente fuerte para reiniciar mis aprendizajes con Íñigo.

Y al día siguiente viajaré a Añavieja a alimentar las colmenas. También espero encontrarme con mi nueva familia de aprendices de apicultores para probar trajes y realizar otros menesteres.

Por ahora todo marcha a ritmo lento, pero es lo que me conviene mientras recupero fuerzas y me siento con ánimo para afrontar este nuevo año apícola. El lunes se abre la desescalada en La Rioja y ya podemos desplazarnos entre municipios para atender a las abejas.

Un abrazo a todos y procurad ser felices, que esta vida dura poco y hay que llenarla de satisfacciones y de entrega.

José Manuel

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