viernes, 17 de diciembre de 2021

¡CÓMO ESTÁN LOS PRECIOS!

 Buenas tardes/noches.

Son las18:44 del día 17 de diciembre. Escribo estas líneas forrado de ropa en el estudio de casa que da al norte. En la calle hay una temperatura de entre 1º y 3º. Oigo repicar las campanas de las torres de la colegiata Santa María de la Redonda. ¿Por qué repican? Es evidente, repican porque tocan a vísperas pues mañana es la fiesta de la patrona de Logroño, la Virgen de la Esperanza. Queda una semana para que estemos en Nochebuena. ¡Cómo pasa el tiempo, Manolo!

Centrándome en el título de este artículo: "Cómo están los precios", me viene a la memoria mi viaje del pasado miércoles a Añavieja, acompañado de mi amigo Ángel, el veterano e inquieto Ángel. 

Pero empecemos por el principio. Hace siete días recibí un correo electrónico informándome que el día 15 de diciembre era el último día para adquirir botes de cristal y tapas para embotar miel. Que a partir del día 16 iban a subir los precios. Los botes subían un 13 % y las tapas un 50 %. Un sudor frío recorrió mi cuerpo y a la vez se enervaron mis energías. Tal subida de precios la justificaban porque había subido todo, el precio de la luz, el del gas... ¡Qué sinvergüenzas! Aprovechan cualquier síntoma de debilidad para ajustar precios y reírse del trabajador autónomo, del apicultor. También aproveché el viaje para comprar 500 kg de jarabe para alimentar a las abejas cuando salgan del invierno. Tenía miedo y recelo de que también aprovecharan la circunstancia para elevar precios.

Primero viajamos de Logroño a Añavieja para coger el Terrano y el carro. Después viajamos desde Añavieja hasta Rincón de Soto para comprar los botes. En síntesis, que tuve que comprar un palé de botes de vidrio (1.900 botes) y 2 cajas de tapas (1.700 tapas). Ángel y yo invertimos 2 horas para cambiar los botes de cristal del superpalé a cajas de cartón en las que cabían 45 botes. El carro/remolque iba lleno de cajas y las cubiertas de las ruedas se aplastaban contra el suelo, pareciendo que fueran a reventar. 

¿Por qué escribo todo esto? Porque es una forma de manifestar a todos cuantos leáis este sentido manifiesto, que estoy harto de todos los que se aprovechan de los humildes, de los pobres. El capitalismo  y liberalismo político y económico sólo hacen degradar al pobre, empobrecer al trabajador autónomo y engordar a los que ya son ricos para convertirlos en obesos capitalistas.

Pero me va a suceder lo de siempre: transcurridos unos días me olvidaré de lo que he vivido, me "enchufaré" con el trabajo de preparar colmenas, de limpiarlas, adecentaré el camino de acceso al asentamiento de colmenas y... empezaré a pensar en el modo de trasladar las colmenas al asentamiento de primavera.

En mi fuero interno siento impotencia cuando narro estos hechos. Pienso que lo que me ocurre a mí le estará sucediendo a muchos otros apicultores. Cada vez será menor el margen de ganancia en la apicultura y habrá que aumentar el número de colmenas para obtener los mismos beneficios que obteníamos hace 10 años con un 20 % menos de colmenas.

¡Ay, ay! Navidad, Navidad, vamos a comer algunos dulces y a abrazar y besar a los familiares (si nos deja el COVID) y vamos a pensar que lo mejor de esta vida lo tenemos en el día a día, en nuestra familia, en los amigos. Yo estoy contento y orgulloso de mis hijos y mi relación de pareja matrimonial funciona bien porque alternamos temporadas de relación fluida, con pequeños desencuentros que activan nuestro matrimonio y no nos dejan dormirnos en los laureles. O sea, lo normal, lo que le sucede a todas las parejas que viven el día a día.

Y nada más por hoy. A ver si hay suerte y en el próximo comunicado os cuento algo interesante.

Un abrazo para todos y para todas.

José Manuel

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