Hace muchas lunas y muchos soles que no escribo nada. Y no lo he hecho porque no merecía la pena contar penas, muchas penas, muchas colmenas muertas
Hoy, después de haber renovado el seguro del Todoterreno y de haber conversado agradablemente con Estrella, de Línea Directa, me decido a abrir nuevamente el camino de la comunicación.
Llevo varios meses "trabajando" con Íñigo, mi maestro apicultor. Hemos hecho muchos núcleos y a la par hemos establecido una buena comunicación. Todo ha sido aprendizaje y disponibilidad. Dos días en semana los hemos ocupado en visitar los apiarios para crear núcleos...
Este fin de semana estuve en Añavieja y ¡por fin! pude disfrutar del proceso que llevan las colmenas. Esta situación de bondad no la vivía desde hace varios años. Las colmenas están potentes, pero también es cierto que me quedaron pocas colmenas vivas y va a ser difícil sacar miel sin tener colmenas. Yo lo voy a intentar y que sea lo que Dios y la naturaleza quieran.
Tengo serias esperanzas de que el tomillo aporte buena cosecha. También espero que la lavanda sea productiva este año, porque el año pasado no obtuve ni un triste kilogramo de miel de lavanda. Respecto a la cosecha de otoño - brezo, encina, roble, zarzamora - ya veremos si produce algo, porque auguran un verano muy seco.
Y ahí seguiremos, en la brecha, trabajando, leyendo libros, reflexionando y... atendiendo el huerto de mi tía Rosa. Todo se andará. Seguro.
Por cierto, este año espero poder ofrecer a nuestros seguidores estos tipos de miel diferenciados: 1.primavera/tomillo, 2.lavanda, 3.otoño con brezo y encina, 4.otoño con brezo, roble y zarzamora.
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