domingo, 8 de marzo de 2015

COMIENZA EL AÑO APÍCOLA

Hola, amigos y amigas:
Acabo de llegar de Añavieja y, por ahora, no hay novedades.
El sábado por la mañana revisé las colmenas. Confieso que iba con ansia latente en mi fuero interno esperando que al abrir cada tapa surgieran miles y miles de abejas. Pero no fue así, las abejas se asomaban como temiendo que el invierno continuase.
Muchas colmenas han quedado mermadas con los últimos fríos y están con lo justo para arrancar el nuevo año.
¡Qué peligroso es crearse expectativas respecto a los "negocios"! También existen otros factores que influyen en los resultados, tales como los dos últimos  meses fríos y no haber podido visitar a las abejas para alimentarlas porque siempre coincidían los fines de semana con lluvias o nieves.
Se han muerto algunas colmenas de hambre, otra se ha vuelto zanganera (ha perdido la reina y una abeja obrera ha ocupado su lugar poniendo sólo huevos de zángano).
Y yo me he quedado desinflado porque esperaba que la floración las pusiera bravas y fuertes. Cuando el viernes pasado viajaba de Logroño hacia Añavieja veía el resurgir de la primavera en todo su explendor, los almendros floridos con mucha fuerza. Y, sin embargo, en Valverde todavía están en los primeros indicios de floración.
Sé que todo esto cambiará en dos o tres semanas. Lo sé, pero me quedo perplejo pensando que quizá este año no seamos tan productivos como el año pasado.
Sólo me queda volver a repetir el mismo esquema que el año pasado: ir todos los fines de semana, después de salir de clase, a las 14:00 y dedicarles toda mi atención y mis limitadas capacidades de apicultor. Después espero que llegue el incremento, que la floración del almendro ponga más de 20.000 abejas por colmena y que de ahí pasemos al romero para producir cientos de kilos de la miel más pura y menos contaminada que se conozca.
Me sigo proponiendo volver a la lucha, apostar por el esfuerzo personal para hacerlo lo mejor que sé y disfrutar de mi trabajo pensando que somos muchos los que colaboramos en esta misión y yo soy el inicio de la cadena.
Creo que me falta mucha fe, o al menos algo de fe en mí mismo para creer que soy capaz de hacerlo bien. Pero cuando me dirijo al colmenar, montado en la vieja C15, voy nervioso, casi sudando, anticipando innecesariamente cosas y realidades que luego para nada coinciden con lo que esperaba.
Bueno, dentro de dos fines de semana espero poder anunciar que he hecho mis primeras enjambrazones y que el almendro está a rebosar en floración. A partir de ahí comenzará mi cambio de mentalidad y espero poder anunciaros grandes cosas.
Os deseo que tengáis una buena semana. ¡Ánimo, que llega la primavera, la luz, la vida!

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