jueves, 1 de febrero de 2018

CARTA DE AMOR Y DE CERCANÍA

Buenos días a todo el que me lea:
Acabo de escribir una carta a mi hijo Alberto, el cual está preocupado por sus exámenes, por sus notas y por su vida diaria. Observo, a través de la carta que me ha escrito, que está decepcionado con la universidad y especialmente con sus profesores a los cuales no valora bien porque consideran numérica y puntuacional la forma de enfocar las materias, especialmente los exámenes tipo test en los que hay que responder verdadero/falso en materias que son de desarrollo, de valoración de matices. Pero como él dice, hacen así los exámenes para corregir rápido y no tener que leer las opiniones y la forma de expresarse de los alumnos porque eso les debe cansar.
Pues bien, me atrevo a transcribir aquí parte de la carta que le he escrito por si a alguien le puede servir. No quiero ser maestro, ni docto instruido, sólo expreso la vida tal y como surge.
José Manuel

Querido hijo:
No le des más vueltas a la cabeza acerca de lo que has hecho mal o bien. Seguro que lo estás haciendo lo mejor que sabes pero te cuesta adaptarte a tus profesores para saber dar la respuesta que esperan ellos o ajustarte en la forma de evaluar tan imbécil, seca, limitada y pobre que usan ellos cuando están trabajando materias en las que no sólo hay que decir A o B, sino desarrollar el porqué de A o de B. En fin, que son vagos de solemnidad porque no quieren corregir ni tampoco quieren enterarse de los sentimientos y de la forma de razonar de sus alumnos.
Lo más importante en este momento es tu persona, tu vida. Tú tienes unos valores que transmites a tus amigos sin darte cuenta, tú sabes actuar y respetar a todos porque así lo has vivido y te lo hemos transmitido en casa. Por eso vales mucho, por eso eres un Alberto que merece la pena, porque eres discreto, respetuoso, amable, cercano, voluntarioso, dispuesto a ayudar a los demás… y mil cosas más. Nosotros te queremos así, tal y como eres.
Las asignaturas suspendidas o aprobadas son unos momentos puntuales que te suceden hoy, pero que mañana, o dentro de 5 años no tendrán valor. Lo que sí tendrá valor es cómo reaccionaste ante ese suspenso, cómo lo afrontaste para aprobarlo sin dejarte en ello la vida. No pasa nada, se trata de que aprendas de tus “errores”. Lo importante es la VIDA, lo que eres, y a mí, personalmente, me gusta cómo eres.
Cuando algún día te encuentres con tus CLIENTES-AMIGOS para indicarles sus entrenamientos, primero mirarás sus personas, el hondo de su corazón para ver quién es cada uno, qué problemas tiene, para comprenderlo y… después le indicarás qué tipo de entrenamiento aplicarle. Primero está la persona con sus problemas y miedos, con sus angustias, con sus debilidades. Después está la parte profesional. No lo olvides.
Suspender hoy dos asignaturas es una anécdota que te va a enseñar cómo reaccionar. Cada asignatura es un “problema” que dura hasta el momento en que la apruebas. Un segundo después de haberla aprobado ya no existe el “problema”. ¿Lo entiendes? El verdadero problema sería que fueras un pasota, un metomentodo, un hombre sin valores, un borrachillo sin conciencia.
Por eso te insisto en que te rodees de gente sana, con valores, que saben reírse de verdad, que te dan lo mejor que tienen, que tú les das lo mejor que tienes. Compañeros como Ale, Luis, Jon y compañía no los vas a encontrar todos los días. Por eso cultiva tu amistad con ellos, ríete con ellos, sufre con ellos, expresa tus desconsuelos con ellos, anímalos a ellos cuando suspendan y que encuentren en ti el apoyo del verdadero amigo. Esa es la vida, la forma en que la afrontas, la forma en que recorres cada momento, cada situación, cada incidente.
Los profesores que no se implican con sus alumnos son una "mierda" que no merece la pena ser valorada. Que les vaya bien y que a ti te dejen en paz. Tú procura aprobar para librarte de ellos y siente que como personas no merecen la pena si sólo piensan en la materia y en cómo trabajar lo menos posible. El profesor que adopte una actitud más cercana, más positiva con sus alumnos, síguelo, habla con él porque merece la pena lo que hace. Hazle saber que estás a gusto en sus clases y que como profesor y como persona merece tu aprobación y tu seguimiento.
Y respecto del futuro. No hay futuro, sólo hay este momento presente y después del cual vendrá otro momento, y a continuación otro. Vive este momento, disfruta de esta carta que te escribo, siente que tienes un padre y una madre que te quieren por lo que eres, que te admiten tal y como eres, que es bonito vivir, que… Y que la semana que viene nos vas a poder abrazar y nos vamos a poder transmitir cariño, sensibilidad y cercanía.
Recuerda que la asignatura más importante para la vida no la imparten en la universidad, la imparten en tu familia, con tus amigos. Trata de ser honrado, calmoso, cercano, vitalista y alguien en quien merece la pena confiar. Cuando seas ENTRENADOR PERSONAL valorarás más la segunda parte de tu título, la palabra PERSONAL porque primero mirarás a la persona que tengas delante, la comprenderás, la sentirás cercana y después le prepararás el tipo de entrenamiento, y la palabra entrenamiento es la segunda. ¿Comprendes lo que te quiero decir? Invierte el orden pues debería ser persona entrenadora.
Yo miro en ti en primer lugar a mi HIJO y después me pongo a pensar en cómo estás personalmente, con qué amigos te relacionas, a qué lugares acudes, qué tipo de vida llevas. Después pienso en cómo aconsejarte para que afrontes tus estudios sin angustiarte.
Así es que RELAJA, tranquilízate, pasea con tus amigos y ven a casa tomar unas pastillas de cariño y de comprensión. Cuando llegue julio ya aprobarás las asignaturas, y sino lo harás otro año.

Recibe un beso de tu padre.

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